Descripción
Durante las últimas décadas han corrido, en Colombia, enormes ríos de sangre.
Si consideramos solamente los asesinatos de una u otra manera relacionados con móviles políticos, que significan muchos millares de vidas humanas violentamente destruidas, encontraremos seguramente una gran cantidad de víctimas pasivas, no propiamente identificados con una causa. Muchas de esas víctimas fueron asesinadas por el solo hecho de ser parientes de otras víctimas o de potenciales víctimas; por haber sido testigos atónitos de la comisión de algún delito; por ser moradores de zonas de conflicto o por muchas otras razones similares.
En otros muchos casos podremos descubrir, como causa del asesinato, la militancia de la víctima en organizaciones reivindicativas, políticas o humanitarias; su adhesión a determinadas ideologías; su participación en acciones de denuncia o de protesta; su negativa a cumplir, por razones éticas o ideológicas, determinadas exigencias que se les pretendieron imponer. Estas fueron víctimas conscientes de una causa…
…Hemos recogido aquí solo algunos testimonios de hermanos colombianos y extranjeros sacrificados en Colombia- cuyas muertes fueron particularmente impactantes para comunidades, reconociendo, sin embargo, que en nuestra convulsionada historia muchísimos cristianos anónimos derramaron su sangre en precio de opciones cimentadas en su fe
Al cumplirse los 500 años del primer anuncio del Evangelio en este ensangrentado continente, ofrecemos esta publicación en homenaje a todos aquellos que, en cinco siglos, han confrontado en la fe a sus hermanos a través de sus sufrimientos, y en homenaje, también, a las culturas y pueblos destruidos, cuya sangre y cuya ausencia nos interpelan.