Informe: Protección de las Víctimas de Crímenes de Estado Como un Imperativo Para la Paz
Uno de los principales objetivos del informe Protección de las Víctimas de Crímenes de Estado Como un Imperativo Para la Paz es denunciar las agresiones de las que siguen siendo víctimas quienes luchan por los derechos humanos en Colombia, en particular quienes integran el Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado-Movice-, organización que denuncia la impunidad en los crímenes de Estado y lucha para poder establecer garantías de no repetición para que Nunca Más ocurran estos hechos. De otro lado, en el informe se exponen propuestas para lograr la protección efectiva de las y los defensores de DDHH, requisito indispensable para alcanzar una verdadera paz en Colombia. También se incluye un breve manual de cómo reaccionar ante los tipos de agresiones más frecuentes.
El Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice), que agrupa más de 200 organizaciones de víctimas y de derechos humanos, a través de sus 22 capítulos regionales, ha insistido en que aún existen estructuras criminales al interior del Estado y que los grupos paramilitares no se han desmontado de manera efectiva.
Prueba de la permanencia de estas estructuras son las constantes agresiones que el área de protección del Movice registra contra sus integrantes en el último año y medio, las cuales, en su mayoría, provienen de grupos paramilitares como Los Rastrojos, Urabeños, Águilas Negras, La Empresa, Antirestitución de Tierras y los autodenominados ‘Amigos del Pueblo’. También las agresiones han venido por parte de trabajadores de empresas privadas y agentes del Estado; la Fiscalía, la Policía y el Ejército también han sido agresores.
De acuerdo con el informe de protección del Movice, titulado Protección de las Víctimas de Crímenes de Estado Como un Imperativo Para la Paz, desde agosto de 2013 y hasta julio del presente año se presentaron 168 agresiones sólo contra integrantes del Movimiento. De estas, 50 se registraron en el primer semestre de 2015. Hay que tener en cuenta, además, que los niveles de subregistro son muy altos.
En total, fueron 15 de los 22 capítulos del Movice los que se vieron afectados con las agresiones, además del Comité de Impulso Nacional y el Equipo Técnico Nacional. Sucre, Atlántico, Caldas, Valle del Cauca y Nariño son las regiones en mayor riesgo.
La amenaza fue la agresión más común contra miembros del Movice, con 133 incidentes registrados. Sin embargo, no son las únicas agresiones. En el primer semestre de este año tres integrantes del movimiento fueron asesinados. En enero ocurrió la desaparición forzada y posterior homicidio de Carlos Alberto Pedraza en Bogotá, el 7 de abril el líder indígena Fernando Salazar Calvo fue asesinado en su residencia en Caldas y a finales de mayo sucedió el homicidio de Alex Fabián Carvajalino, integrante del capítulo Norte de Santander. A estos crímenes se suman siete casos más ocurridos durante el periodo estudiado en este informe. También se registraron seis atentados.
Para agravar la situación, evidenciamos que desde el Estado colombiano se contribuye a la impunidad al no avanzar en las investigaciones y se incrementa el riesgo de las víctimas y las y los defensores de derechos humanos por los hechos de corrupción y el pobre desempeño de la Unidad Nacional de Protección (UNP). También se han incrementado las judicializaciones en contra de los defensores y defensoras de DDHH en todo el país.
Recordamos que en el primer semestre de 2015, el Sistema de Información sobre Agresiones contra Defensores y Defensoras de Derechos Humanos – SIADDHH – identificó un incremento aproximado del 105% en las agresiones individuales contra defensores(as) en relación con los casos registrados durante el mismo periodo de 2014. “Entre enero y junio de 2014 el Sistema de Información reportó 194 defensores agredidos; en 2015, durante el mismo periodo, fueron 399 los casos”1